PREDESTINADOS - MINNIE DARKE

PREDESTINADOS

MINNIE DARKE

PLAZA & JANÉS

LA AUTORA

Minnie Darke es géminis con ascendente en virgo. Jugadora implacable de Scrabble, aficionada al punto, amante de los libros y de los lápices recién afilados, esta bibliotecaria y escritora vive en la isla australiana de Tasmania, donde redacta sus novelas tanto en la mesa de su cocina como en el estudio que ha habilitado en el jardín, siendo una incógnita su verdadera identidad.

SINOPSIS

Puede que fuese la casualidad la que volvió a unir a Justine, una sagitario escéptica y aspirante a periodista, con su amor de la adolescencia, un acuario luchador llamado Nick que sueña con ser actor. Pero también pudo ser cosa del destino.

Nick cree en la astrología. Lee cada día su horóscopo en la revista en la que trabaja Justine, y confía plenamente en sus predicciones. Por eso, cuando Justine comprueba que Nick sigue sin corresponder a sus deseos, decide realizar algunos pequeños cambios en la predicción de su signo... ¿Qué daño puede causar?

Una deliciosa comedia romántica sobre el destino, la amistad y las vidas entrecruzadas.

OPINIÓN

“Predestinados” es una comedia romántica, dulce y amable, muy bien desarrollada y muy bien ambientada, que sobre todo tiene en cuenta las relaciones que las personas establecen entre sí como consecuencia del momento astral en el que nacen.

Los astros, el horóscopo y la relación de los personajes con respecto a ellos marcarán el eje sobre el que girará toda la trama. Será la excusa perfecta que pondrá en marcha el engranaje que nos mostrará cada una de las situaciones que vivirán los protagonistas y nos irá marcando el ritmo de todo lo que les suceda en sus vidas, en sus trabajos y en sus anhelos, tanto para bien como para mal.

Justine y Nick, nuestros protagonistas, parecen unidos por esos lazos invisibles desde que nacieron. Sus respectivas madres eran íntimas amigas, y los niños crecieron juntos hasta la adolescencia. La vida después les separó, llevando a cada familia a un lugar distinto del país. Pero las estrellas se confabularon y al cabo de doce años vuelven a encontrarse.

Pese a que se dan cuenta al primer vistazo de lo diferentes que son, saben que están unidos por una maravillosa infancia y por una historia de amor quinceañero que a ambos les da vergüenza confesar lo estupenda que fue. Así, ella es pragmática, práctica e inmovilista. Tiene un puesto de trabajo infravalorado en una publicación muy famosa, donde aguanta estoicamente con la esperanza de poder ir ascendiendo en el organigrama de la revista y poder ejercer algún día como la brillante periodista que en realidad es.

Él es un loco que persigue su sueño de ser actor por encima de todas las comodidades que le pudiera ofrecer otro tipo de vida y de trabajo, y vive a caballo entre la oportunidad que le brindan algunos papeles en obras teatrales pequeñas, una vida un tanto anárquica no exenta de carencias económicas y una novia (súper modelo) que le presiona constantemente para que siente la cabeza.

Nick cree firmemente en el horóscopo, especialmente en el que se publica en la revista para la que trabaja Justine, hasta el punto en el que su día a día y todas sus decisiones importantes las toma interpretando lo que las estrellas han determinado para los nacidos bajo el signo de Acuario.

El punto en el que se cruzan nuestros protagonistas y las estrellas aparecerá cuando Justine es ascendida. Una de las tareas que tendrá que realizar en su nuevo puesto de trabajo es controlar algunos de los artículos que se publican cada mes, entre ellos la columna del horóscopo.

Ella quiere entrelazar su vida con la de Nick, está enamorada, y no se le ocurre otra idea más peregrina que la de modificar el horóscopo de Acuario, de tal manera que él cuando lo lea, entienda que debe acercarse a ella, lo que aún estará por ver, y nos proporcionará divertidas situaciones y multitud de equívocos.

Por supuesto esto contraviene todas las leyes de la ética periodística, por lo que en el fondo, Justine se sentirá culpable, y así poco a poco irán enredándose las cosas, hasta que los veamos inmersos en una sucesión de situaciones imprevisibles y tiernas que nos van a cautivar.

La bomba estallará cuando su jefe descubra los tejemanejes que se ha traído entre manos con la columna astrológica, y se montará un lío monumental, lo que nos conducirá a un final apoteósico, muy divertido, tierno y lleno de amor. ¡Por fin el cielo y sus constelaciones cambiarán el rumbo de sus vidas!.

En mitad de la historia principal, nos encontraremos con varias historias secundarias que surgirán en diferentes lugares y que estarán unidas por ese hilo conductor que es el horóscopo tuneado de Justine. Todas ellas serán conmovedoras y nos demostrarán que el “efecto mariposa” puede llegar incluso desde las estrellas.

Las cualidades por las que destacaría esta novela son: su buena prosa, sus bonitas descripciones y la ternura de sus personajes, el amor que respira en todas y cada una de sus páginas y el tema tan original que es capaz de unir las decisiones que toman los personajes con sus sentimientos más íntimos, la astrología.

La novela está compuesta por doce capítulos, cada uno de ellos perteneciente a un horóscopo,  más sus cúspides, que forman capítulos intercalados entre ellos. Las cúspides hacen referencia al período de tiempo en el que el Sol se encuentra transitando entre un signo del zodiaco y el siguiente, son aquellas circunstancias astrales que suceden a quienes han nacido el día de antes o el día de después de la fecha en la que se ha de cambiar de un signo a otro.

Me han encantado las conversaciones que Justine mantiene con su propio cerebro. Son, evidentemente conversaciones con ella misma, donde su parte más racional intenta poner un punto de cordura y de estabilidad en sus acciones, aunque en el fondo nuestra protagonista no tiene la más mínima intención de hacerle caso. Me ha parecido un recurso original, divertido y brillante.

También me ha gustado sentir la presencia de Shakespeare, en toda la novela. Hay innumerables alusiones  a sus obras y muchísimas frases del gran escritor recitadas a lo largo de la historia de Justine y Nick, muy alusivas y reveladoras sobre les ocurre en cada momento.

Con “Predestinados” vais a disfrutar de una novela que en sí misma es una gran constelación, donde cada una de sus estrellas es una preciosa historia de amor.

“Por encima de Nick, Justine Carmichel y Braun Houdini Malarki, una constelación de estrellas de papel de plata resplandecía y giraba, y por encima de ellas, más allá de una capa de niebla provocada por el hombre y de otra de nubes, las verdaderas estrellas también giraron.”