LOS PECES SOLO FLOTAN MUERTOS
JOSÉ LUIS CABALLERO
EDITORIAL ROCA
EL AUTOR
José Luís Caballero es
periodista, escritor y guionista, licenciado en Ciencias de la Información por
la Universidad Autónoma de Barcelona, especializado en Relaciones
Internacionales y servicios secretos. Sus dos Novelas publicadas hasta la
fecha, Como lágrimas en la lluvia y Las cartas de Antioquía, le sitúan como un
original autor de Novela negra y espionaje.
Durante años ha ejercido de redactor y
reportero en Mundo Diario y El Correo Catalán, entre otros medios, y es
comentarista habitual en Onda Cero y 25 TV. Viajero y alpinista, su dedicación
a la política activa durante la transición y otras actividades más
inconfesables le han convertido también en protagonista de una época, lo que le
ha servido como fuente inagotable de inspiración.
SINOPSIS
Una mañana de 1972 aparece un
cadáver flotando en aguas del Club Náutico de Barcelona. El muerto es Alberto
García Rañé, joven hijo de la alta burguesía barcelonesa, tripulante del Blue
Spice, uno de los veleros que debe participar en la selección para la Olimpiada
de Munich.
La autopsia demuestra que la causa de la muerte ha sido un fuerte golpe en la cabeza y todas las miradas apuntan al velero Blue Spice, donde se dice que iba embarcado el difunto, pero no todo es lo que parece.
El encargado de la investigación
es un inspector de policía, Cristóbal Molina, recién llegado a Barcelona y que
proviene de la Marina, donde ha servido en los servicios de inteligencia hasta
que los malos pasos dados en Guinea le han hecho abandonar la carrera militar.
La investigación del crimen de Barcelona la hará por cuenta de la juez Marta Esteller, una de las primeras juezas en España, casada, con una niña y una brillante carrera judicial pues es protegida del presidente de la Audiencia Territorial de Barcelona.
La investigación se ve entorpecida
por el hecho de que uno de los veleros que deben participar en las pruebas está
patroneado por el Príncipe Juan Carlos y se quiere evitar cualquier noticia que
lo pueda relacionar. Los implicados mienten para desviar la investigación a un
asunto de drogas, pero la juez y el inspector no ceden a las presiones.
OPINIÓN
OPINIÓN
Hoy os traemos “ Los peces solo flotan muertos”, una novela policíaca, entretenida y muy interesante que nos dará una visión
sin sesgo de la España de los años 70, y nos hará reflexionar sobre la
trayectoria de nuestro país a lo largo de estos últimos años.
La acción se sitúa en 1972,
durante el periodo político tardofranquista. La brigada político
social está dando sus últimos coletazos, el dictador fallecerá pocos años
después y todo el engranaje del régimen
está preparado para el relevo político en la figura del príncipe Juan Carlos de
Borbón. Nuevos aires de libertad y de igualdad pugnan por hacerse hueco en
nuestra sociedad, lo que sitúa a Barcelona, la ciudad más cosmopolita y abierta
a Europa de la época, en estandarte de las nuevas corrientes de pensamiento y de libres costumbres.
A través de la lectura seremos
testigos de lo diferente que era España entonces en cuanto a la sociedad, pensamiento, hábitos
de vida y estructura del poder, aspectos que veremos fielmente recreados por
el autor y que me ha resultado muy interesante. De hecho, me ha hecho pensar
en la evolución de España como país y en cómo un paso atrás en todos los
derechos conseguidos supondría un retroceso injustificable desde cualquier punto
de vista.
Nuestro protagonista, Cristóbal
Molina, es un ex-militar que ha
pertenecido a la Armada Española en destacados puestos de espionaje y ha participado
en la guerra sucia entre gobiernos en lugares remotos de África. De hecho su
último destino le sitúa en lo que hoy es Guinea Ecuatorial, y que por aquel entonces
era la Guinea Española, en los últimos estertores del colonialismo español,
justo cuando Guinea, con Macías al frente, conseguirá su independencia.
En estos trances estaba cuando se
vio envuelto en un turbio asunto que implicaba a los servicios
secretos de varios países y que terminó fatalmente con la vida de toda una
familia muy destacada de opositores a Macías, lo que supuso una gran
mancha en su expediente militar, aún sin ser culpable directo de la operación, que
unido a una enfermedad tropical que arrastraba desde hace tiempo, le llevó a retornar a la Península licenciado
del cuerpo y con un expediente un tanto emborronado.
Molina ha servido a la Patria con
honor y lealtad en escenarios y condiciones muy peligrosas y de dudosa moralidad
para el gobierno, por lo que no le pueden despedir sin más. Es entonces cuando le “colocan”
en el Cuerpo de Policía para que se siga ganando la vida con una actividad que
más o menos se parezca a lo que antes le llevaba por medio mundo, y de paso le tienen controlado (o eso creen sus superiores).
Así es como Cristóbal Molina, un
hombre curtido en mil batallas y totalmente descreído de la autoridad de sus
superiores, pero con un férreo sentido de la disciplina y del deber (sobre todo
de la justicia) tendrá que resolver un caso de asesinato que se ha cometido en
extrañas circunstancias en el puerto deportivo de Barcelona, donde está
destinado actualmente y donde tendrá que torear muy hábilmente con numerosos jerifaltes
que le presionarán constantemente para resolver el caso de una manera rápida,
satisfactoria y en “voz bajita” para ellos, aunque en principio esto no se
ajuste del todo a la verdad.
Y es que en ese momento el Club Náutico
de Barcelona se encuentra estrechamente relacionado con las Olimpiadas que se
van a celebrar en Münich. Concretamente con la competición olímpica de vela, cuyas
regatas de clasificación y entrenamientos se están llevando a cabo en sus instalaciones
y donde el entonces Príncipe Juan Carlos participa con el velero Fortuna.
Precisamente el muerto es uno de sus amigos de regatas, y todos estos “dandis” de
medio pelo, así como las amistades femeninas que les acompañan, se verán en
cierto modo implicados. Es entonces cuando todo el séquito que rodea al futuro
rey se pondrá en marcha para que el caso de asesinato no pueda salpicar de
ningún modo a su alteza, no dudando en presionar a nuestros protagonistas a
cerrar el asunto cuanto antes.
Pero Molina se aliará con la juez que se ha
hecho cargo del caso, Marta Esteller, una mujer fuerte e independiente, adelantada
a su época, una mujer que tiene el arrojo y el empuje suficiente para hacer
frente a cualquiera que intente manipularla y juntos acometerán este desafío
investigador con seriedad, diligencia y sin permitir injerencias de ningún tipo
en el caso, aunque a veces lo tendrán muy difícil. Aquí es donde apreciaremos
con estupor la protección e incluso la casi inmunidad que tenían en aquellos
años las personas poderosas del régimen y los miembros de las grandes fortunas.
También de la hipocresía con la que adornaban sus vidas, cuando eran partícipes
de todos los vicios imaginables que existían al margen de la ley de la época, mientras
que para el resto de la sociedad era pecado mortal y cárcel segura.
Y las preguntas que nos haremos son:
¿Lograrán probar la verdad y encerrar al verdadero culpable? ¿Llegaremos a
conocer los verdaderos motivos del crimen? ¿Se correrá un tupido velo sobre el
asunto por no emborronar la imagen de destacados miembros de la alta sociedad?
Estas y otras cuestiones serán las que vayamos resolviendo a lo largo de la
novela.
Asistiremos además a las primeras
incursiones de la mujer en profesiones que hasta entonces estaban reservadas
exclusivamente a los hombres (como juez), y las reticencias que la sociedad de
la época tenía al respecto y que incluían a menudo las zancadillas y
menosprecios de sus propios compañeros de profesión.
También seremos testigos de la
implicación de las mafias nigerianas que ya repartían mercenarios por Europa en
aquellos años, y asistiremos al brutal crimen de una "madame" de las más famosas
entre los burdeles de Barcelona, y donde dentro de sus cuatro paredes se
guardaban muchos secretos de la alta sociedad e incluso secretos de estado.
La novela está escrita con un
lenguaje sencillo, con capítulos cortos y muy bien estructurados, que hacen que
su lectura sea ágil, amena y sobre todo interesante por la magnífica
descripción de la España de los 70 (las costumbres, los coches, el ambiente, la
vida de las mujeres entonces…). No había
leído nada del autor hasta ahora, pero espero y deseo que continúe regalándonos historias
como esta, donde el personaje de Cristóbal Molina siga teniendo recorrido en
más aventuras policíacas, porque me ha gustado mucho que sin ser una novela
complicada, en su fondo hemos encontrado muchas cosas interesantes, por lo que
os recomiendo su lectura sin lugar a dudas.
“Le hablé de
crueldad, de maldad, de ese sentimiento ancestral arraigado en los hombres,
indisolublemente unido al miedo. Tenemos miedo, luego somos crueles y
malvados”.
Nos parece que las cosas siempre han sido como son ahora, pero la mujer no ha podido acceder a ciertos trabajos hasta hace relativamente poco, y hoy en día, hay trabajos o puestos en los que todavía estamos vetadas 🤬
ResponderEliminarParece una buena historia.
Besitos 💋💋💋
La novela está bien. Además nos aporta una visión de una época pasada pero relativamente cercana bastante interesante. Bss
EliminarHola.
ResponderEliminarParece una historia bastante interesante y con mucha tela que cortar. No me importaría leerla más adelante.
Un saludo.
Está muy entretenida, y la narración es buena. Bss
EliminarLa tengo pendiente y la leeré esta semana o la que viene. Espero que me guste tanto como a ti
ResponderEliminarBesos
Es entretenida, y nos recuerda un pasado reciente interesante. Gracias
EliminarPues la verdad es que no me había fijado mucho en esta novela y ahora vienes tú y me dejas con verdaderas ganas de leerla, me gusta todo lo que cuentas de ella.
ResponderEliminarBesos
Está bien, es entretenida, y yo creo que se convertirá en serie. Una más.... jajaja. Bss
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