EL NIÑO EN LA NIEVE - SAMUEL BJøRK

EL NIÑO EN LA NIEVE

SAMUEL BJøRK

EDITORIAL SUMA DE LETRAS

EL AUTOR

Samuel Bjørk es el seudónimo del noruego Frode Sander Øien. Es novelista, autor de obras de teatro, cantante, ha expuesto obras de arte y ha traducido a Shakespeare. Escribió dos novelas de notable éxito, Pepsi Love (2001) y Speed for Breakfast (2009), pero el reconocimiento masivo le llegó con Viajo sola (Suma de Letras, 2014), bestseller en todos los países en los que se ha publicado y recibido con excelentes críticas. Vive y trabaja en Oslo.

SINOPSIS

Invierno de 1999. Un hombre regresa a casa. Está oscuro, hace frío y su coche avanza por una carretera solitaria. De repente, los faros iluminan algo que parece un animal. El hombre pisa el freno con decisión. Frente al vehículo encuentra a un niño en shock, casi congelado. Sobre la cabeza lleva una cornamenta de corzo.

Catorce años después, una mujer es brutalmente asesinada en un lago de montaña. En un plazo de tres semanas, tres personas han muerto. En cada ocasión, el criminal ha dejado una pista invitando a los investigadores Holger Munch y Mia Krüger a un juego mortal. Comienza una carrera contrarreloj contra el más peligroso y aterrador tipo de asesino en serie: el que elige sus víctimas completamente al azar.

OPINIÓN

En esta ocasión os traemos una novela negra de origen escandinavo, lo que ya supone una motivación suficiente para que nos apetezca leerla, al menos a mí, y sé que os pasará lo mismo a muchos de vosotros.

La verdad es que no sé que tienen las sagas nórdicas en concreto, que actualmente tienen  muchísimos seguidores, habiéndose convertido también en un buen producto en cuanto a volumen de ventas. Quizás unos ambientes fríos y lejanos que no entran dentro de nuestros parámetros diarios, unos pueblos aislados y poco poblados que sorprenden por ser los escenarios de crímenes realmente macabros, unos personajes con una personalidad muy alejada de nuestra propia idiosincrasia, quizás… lo cierto es que me atraen poderosamente este tipo de historias.

No había leído nada de Samuel Bjørn, aunque sabía que sus anteriores novelas ”Viajo sola” y “El búho” gozaban de muy buenas críticas, así que cuando leí las reseñas que circulaban por los blogs amigos, decidí meterme en faena y juzgar por mí misma.

La historia comienza cuando la unidad de homicidios de Oslo, liderada por los agentes Holger Munch y Mia Krüger, que se encuentra desarticulada desde el anterior caso en el que intervinieron (donde se cometieron algunos fallos de primero de detective), tiene que verse las caras con un asesino en serie, que comienza a actuar dejando algunos muertos que son hallados en extrañas circunstancias, tanto por los escenarios en los que aparecen los cadáveres como por el método utilizado para asesinarlos.

A medida que se va armando el caso, la unidad se va recomponiendo, reuniendo de nuevo a sus antiguos miembros. Pronto descubrirán que si no capturan en un breve espacio de tiempo al asesino, éste va a dejar un número de cadáveres desgraciadamente más amplio por la ciudad (concretamente cincuenta).

Toda la trama gira en torno a la búsqueda de un punto en común que una a todas las víctimas, y para ello es necesario que se produzca un “click” psicológico, una vuelta de tuerca en la vida de un miembro de la unidad para que tire del hilo y encuentre una pista fiable, tan fiable como aterradora, y que no descubriremos hasta casi el final de la lectura. Un giro completamente inesperado que nos saltará a la cara sin esperarlo ni preverlo, y que permitirá perseguir al culpable.

A lo largo del caso seremos testigos de la evolución personal de algunos de los protagonistas, ya que la novela se centra mucho en los aspectos psicológicos de los personajes y le da menos relevancia al caso policial, así que aquéllos que seáis amantes de las tramas policiales, no esperéis encontraros un caso minuciosamente desarrollado, ni penséis que vais a poder recrearos en los hechos ni indagar en las pruebas minuciosamente para desenmascarar al asesino, porque no va a ser así.

El autor nos presenta a unos protagonistas, extremadamente vulnerables, con dramas personales importantes e incluso que son víctimas de serias adiciones, lo que les convierte en personajes humanos, veraces y creíbles, aunque a veces estén a merced de sus demonios interiores.

Una de las cosas que más me ha sorprendido es que la resolución del caso tiene poco que ver con lo que sucede a lo largo de toda la trama. El final es completamente inesperado, y totalmente sorprendente, y llegado a este punto y en esta lectura en concreto, no sé si esto es bueno o malo. En general la historia me ha parecido un poco floja y muy similar a otras de su género y categoría.

La novela es poco descriptiva en cuanto a escenarios. Lo es más en cuanto a las sensaciones interiores que dominan la vida de sus protagonistas. Para ello el autor usa un recurso que consiste en utilizar muchas frases cortas de punto y aparte, bien para expresar sentimientos o bien para retroceder en el pasado y justificar el presente. Esto, unido a que utiliza un lenguaje actual y a que la traducción me ha parecido muy buena, le da una rapidez a la novela que siempre supone un aliciente en este tipo de tramas, en las que nos gusta avanzar, correr, saber y descubrir al asesino, por lo menos a mí.

El autor también ha utilizado la novela para hacer una crítica a los medios de comunicación y a sus métodos para captar audiencias y fama (eso que tanto se lleva ahora sobre las estrellas mediáticas), así como para reflejar que la corrupción policial existe aún en las sociedades que creemos más limpias. Nos enseñará que incluso en los países mas desarrollados y más “socialmente perfectos” estas prácticas existen, casi siempre girando entorno al tráfico de drogas, y además pasan una factura importante a la sociedad.

CONCLUSIÓN

“El niño en la nieve” me ha parecido una novela negra entretenida, aunque el final  no me ha convencido.