LO QUE CALLAN LOS MUERTOS
ANA LENA RIVERA
MAEVA NOIR
LA AUTORA
Ana Lena Rivera nació en Oviedo en 1972. Estudió Derecho y Administración de Empresas en ICADE, en Madrid. Después de veinte años como directiva en una gran multinacional, cambió los negocios por su gran pasión coincidiendo con el nacimiento de su hijo Alejandro. Junto a él nació también Gracia San Sebastián, la investigadora protagonista de su serie de intriga. La primera entrega, "Lo que callan los muertos", ha recibido el Premio Torrente Ballester.
SINOPSIS
Gracia San Sebastián ha
renunciado a una exitosa carrera laboral en Nueva York y ha regresado junto a
su marido Jorge a su Oviedo natal para ejercer de investigadora de fraudes a la
Seguridad Social. Su nuevo caso está relacionada con el cobro de la pensión de
un militar franquista que sobrepasa los ciento doce años, cifra a todas luces
sospechosa.
Mientras su vida personal avanza por sendas imprevistas, Gracia se encontrará con ramificaciones del caso que la llevarán a investigar el suicidio de una vecina de su madre. De vez en cuando pide consejo a una buena amiga de la familia, la monja dominica sor Florencia.
OPINIÓN
Hoy os dejamos nuestra opinión sobre una novela que ha irrumpido en el panorama de novedades con bastante fuerza y con muy buenas expectativas de futuro. Siempre nos parece interesante
que alguien aparezca con novelas que aporten aire fresco y tramas diferentes, y además, "Lo que callan los muertos" viene avalada por ganar el premio Torrente Ballester, así que teníamos muchas ganas de leerla.
El Premio de Narrativa
Torrente Ballester es concedido anualmente por la Diputación de La
Coruña a una obra de narrativa inédita en lengua castellana o
gallega. Toma su nombre como homenaje al narrador Gonzalo Torrente
Ballester.
Creado en 1989, la dotación es
de 25.000 euros y publicación para el ganador, bien en la Diputación
de La Coruña, bien en alguna editorial comercial. Se convoca en enero y
se falla en el último trimestre del año.
Nos encontramos ante una novela de color negro claro, porque los delitos sobre los que nos vamos a centrar
tan sólo incluyen un asesinato y un fraude a la Seguridad Social como platos
fuertes (que no es demasiado para lo que hemos leído últimamente). El resto de intrigas que rodean a los protagonistas son más de índole personal
y nos servirán para ir hilvanando el caso principal, darle forma y descubrir
con asombro cómo el mundo es un pañuelo y nadie es quien dice ser, sobre todo tus vecinos.
Me ha recordado a la típica novela
americana de detectives privados pero adaptada a la idiosincrasia propia del
pensamiento y manera de ser de nuestros compatriotas. Es decir, desentrañaremos
un delito cometido por españolitos, tan listos como catetos, que
piensan que nunca van a ser pillados por cometer fechorías de las que ellos se
creen impunes y que además justifican por el artículo treinta y tres sin tener
apenas remordimientos (aunque he de reconocer que también cargan a sus espaldas una dosis de amargura nada desdeñable).
¡Hasta que llega Gracia San Sebastián, pone a cada uno en
su lugar y deshace el entuerto!.
Y es que nuestra investigadora
civil (que no policial) casi recién aterrizada en Oviedo junto a su marido
Jorge, viene huyendo de una tragedia personal que ha marcado su vida familiar
profundamente. Harta de dejarse la piel
en las altas esferas financieras neoyorkinas, regresa su ciudad natal para darse
un respiro en su vida. Para ello acepta los encargos que le hace
la Seguridad Social a fin de detectar y solventar los fraudes que algunos contribuyentes cometen contra el erario público. Y nuestro caso en concreto es uno de los que la va a tener más
entretenida.
El matrimonio formado Gracia y
Jorge hace aguas desde la tragedia que un
día se cobró la vida de su único hijo cuando vivían en Nueva York, pero
es curioso porque al menos en esta entrega (no sé si habrá más), no sabremos
qué es lo que pasó realmente, pero que ha abierto un abismo (que yo veo
perfectamente subsanable) entre ellos.
Ana Lena se encarga de hacer una solapada crítica al “éxito profesional” y un abrazo a “la vuelta a nuestros
sencillos orígenes” que me parece interesante.
Alejada de la novela documental o
de turismo a pesar de estar ambientada en Oviedo, una “vetusta” ciudad del
norte, la autora ha querido mostrarnos esa parte de la ciudad más alejada del tópico, y situarnos no tanto en lo monumental como sí
en la zonas de ocio habitual de la población, con sus tascas típicas, donde se
fusiona la tradición y la vanguardia gastronómica (muy presente en toda la
novela) y en donde la gente se reúne para beber, charlar y disfrutar de la vida.
Los apelativos de las tascas donde se dan cita son de traca: La tapilla sixtina, el
M-asturBar, etc …
Ha logrado también poner de
manifiesto el ambiente que reina en las pequeñas ciudades de provincias, donde
todo el mundo se conoce, donde el deporte favorito de sus habitantes es el
cotilleo y donde la escala social del “quién es quién” tiene una importancia
primordial en la vida de sus gentes.
La narración corre siempre por
cuenta de mujeres potentes. A veces destacan por ser listas y eficientes, y
otras veces por ser tontas y dependientes, pero siempre mujeres. Así, además de la
protagonista, he encontrado fantásticos a los personajes de Sor Florencia, su
hermana Bárbara, su amiga Sarah, su madre e incluso el de una repelente amiga
de la infancia, Geni “La Chismes”, que nos ha dado algunos momentos
muy buenos. Los hombres cargan con la parte desagradable y trágica de la historia.
Toda la narración tiene un toque
de humor muy español que me ha encantado. Esa fina ironía, y esos momentos sutiles
de locura familiar y vecinal (hay muchos pasajes que están contados en clave de
cotilleo puro, con monja chismosa y portero de finca incluidos) me han hecho pasar muy buenos ratos. La novela tiene frases para enmarcar y diálogos completamente surrealistas.
Tengo que destacar los que se producen entre Gracia y su madre. Me estoy viendo a mí misma en frente de mi madre
protagonizando esas escenas que a veces me sacan de mis casillas, pero que no tengo más
remedio que vivirlas y torearlas como buenamente se puede, y si es con humor como en este caso, mejor que mejor.
Y como contrapunto, funcionando
como la explicación a todo lo sucedido, nos veremos las caras ante un final en
donde un negro caso originado durante los años de la dictadura franquista, no sólo
es capaz de destrozar al vida de sus protagonistas por mucho que hayan pasado
los años, sino que además nos demuestra que hay veces en las que las personas
no tienen otra salida que la huida hacia adelante frente a los secretos que se
ocultan en el fondo del armario de muchas familias. La historia nos demuestra
que casi siempre los más damnificados son quiénes menos se lo merecen, como así es en este caso.
CONCLUSIÓN
"Lo que callan los muertos" es una novela negra, divertida y ligera, que no deja de lado algunas cuestiones verdaderamente serias sobre las
que reflexionar. Me ha entretenido mucho y me ha gustado especialmente el
personaje de Gracia San Sebastián, a la que espero seguir conociendo en próximas entregas.
Me gusta esa combinación de novela negra y diversión. No sabía ni de qué iba la historia, pero la verdad es que tiene buena pinta.
ResponderEliminarEstá genial. Es divertida y tiene su punto negro justo. Te gustará. Bss
ResponderEliminarNo pinta mal pero tengo la sensación que se me quedaría en entretenida y poco más así es que no creo que me anime.
ResponderEliminarBesos
Bueno a veces uno busca algo así. Es ligera, no te voy a engañar. Pero está muy bien escrita. Gracias.
EliminarHola! Soy nueva por aquí y ya os sigo!
ResponderEliminarNo conocía esta novela ni a la autora pero me la llevo apuntada porque creo que me gustará. Muy buena reseña!
Dejo el enlace a mi blog por si os apetece hacerme una visita
https://misgrandespasiones-rosa.blogspot.com/
Nos leemos! Bss!
Te gustará. Y claro que nos leemos. Gracias. Me paso por tu blog.
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