jueves, 10 de junio de 2021

NO OIGO A LOS NIÑOS JUGAR - MÓNICA ROUANET

 

NO OIGO A LOS NIÑOS JUGAR

MÓNICA ROUANET

ROCAEDITORIAL

  

LA AUTORA

Autora nacida en Alicante, Mónica Rouanet cursó estudios de Filosofía y Letras, especializándose en Pedagogía en la Universidad Pontificia de Comillas y completando su formación en Psicología a través de la UNED.

Rouanet ha dedicado los últimos diez años a trabajar con colectivos e individuos en riesgo de exclusión social, prestando una especial atención a la promoción de la cultura como elemento vertebrador de su labor.

En lo literario, Rouanet inició su carrera a través de la autoedición con El camino de las luciérnagas, pasando más tarde a la publicación tradicional con Donde las calles no tienen nombre y Despiértame cuando acabe septiembre.


SINOPSIS

Tras un grave accidente de coche, Alma, una joven de 17 años, sufre un shock postraumático y es ingresada en una clínica psiquiátrica ubicada en un antiguo edificio rehabilitado. Allí convive con otros internos y sus patologías y se cruza con unos niños a los que solo ella puede ver. Poco a poco, la historia del edificio y sus antiguos ocupantes se enreda con la realidad de Alma y la lleva a desentrañar oscuros secretos encerrados durante años entre las paredes de la enorme casona y en su propia mente.

Un thriller trepidante repleto de suspense que mantendrá al lector enganchado hasta las últimas páginas.

OPINIÓN

Hoy os dejamos en el blog nuestra opinión sobre la última novela de Mónica Rouanet, “No oigo a los niños jugar”, una novela de la que ya puedo asegurar que no os va dejar indiferentes, estaréis pensando en ella y dándole vueltas a la historia algún tiempo después de que la hayáis terminado.

Nuestra historia comienza cuando Alma, una joven de 17 años,  es ingresada en una clínica psiquiátrica tras haber sufrido un accidente de tráfico en el que han perdido la vida sus padres y su hermana. Ella se siente culpable por sobrevivir, lo que le llevará a intentar quitarse la vida, y esta será la causa por la que ingresará en la clínica.

Una vez allí, Alma tendrá que aprender a convivir con otros compañeros ingresados por diferentes causas y a lidiar con los traumas propios y los ajenos, que no serán pocos ni simples. Aprovecho este punto para deciros que la autora ha sabido tratar de una manera exquisita, tierna y sentida en esta novela los temas escabrosos relacionados con infancias complicadas, creando un clima de ternura alrededor de estos chicos castigados de una manera u otra por la vida y por sus propios miedos, culpas y carencias.  Creo que es una novela que está escrita con una sensibilidad especial porque profundiza en las personas llegando con ello (bajo mi punto de vista) a crear personajes que impactan por todo lo que acarrean en sus mochilas, quizás sea una consecuencia de lo vivido por la autora en el desempeño de su profesión como pedagoga y psicóloga.

Por otro lado, nuestra protagonista compartirá su día a día en el sanatorio con la presencia de dos niños pequeños con los que solo ella puede relacionarse, ya que el resto del personal e internos ni tan siguiera los ve. Aquí es donde entrará a formar parte de la novela una trama sicológica, de terror, muy inquietante, que nos mantendrá en vilo durante toda la lectura. Me ha recordado en cierta manera a “Otra vuelta de tuerca” de Henry James.

La novela está estructurada en capítulos cortos que alternan las dos historias, por un lado la del presente, que nos narra la protagonista y por otro la del pasado, la de un niño sordo que estuvo ingresado en esa misma institución. Dichas líneas argumentales tienen dos dimensiones espacio-temporales muy diferentes y Alma será el nexo de unión entre ellas. Tendremos así la visión de la historia desde el punto de vista de Alma y por otro las vivencias reales de los habitantes misteriosos. 

Ambos hilos están bien asentados y muy bien narrados, tejiendo entre ambos una trama psicológica, inquietante, de terror incluso, que está contada con una prosa fluida, cuidada y sencilla, acorde con la edad de los personajes principales y con bastante diálogo.

Es de destacar la genial ambientación de la novela para lo que es indispensable hablar del edificio que alberga la clínica y de su pasado como residencia para niños sordos, entre los que se encontraban  a menudo los “niños olvidados”, niños a los que sus familias rechazaban y a los que nunca iban a ver, a los que dejaban allí al cuidado de personas ajenas con las que llegaron a formar una verdadera familia, pero que nunca olvidaron la crueldad de las suyas propias.

El edificio fue rehabilitado en sus tres primeras plantas convirtiéndose en la clínica psiquiátrica para jóvenes que es ahora, guardando entre sus paredes todo el misterio del pasado que Alma visiona y siente hoy en día. La autora ha creado este escenario como un personaje más, con vida propia y nos pasea por cada una de sus estancias recreando un ambiente escalofriante y misterioso, lleno de secretos.

Los personajes que ha recreado Mónica contienen muchos matices y están perfectamente perfilados. Son sensibles, nos cuentan sus historias con ternura y nos retratan bastante bien su enfermedad y el sufrimiento que les produce. Alma, nuestra protagonista, nos mostrará en primera persona sus sensaciones sobre ella misma y sobre sus compañeros bajo el prisma que le otorga haberse convertido en una joven encerrada en sí misma desde que ocurrió el accidente. Luna, es la adolescente que más tiempo lleva en la clínica. Es altiva y caprichosa, quizás por eso siempre va subida en unos tacones con los que recorre los pasillos como si fuese superior a los demás, aunque en el fondo lo que realmente busca es amor. Mario tiene la paranoia de que todo el mundo lo vigila y lo espía, quizás perseguido por un sentimiento de culpa y desapego. Ferrán está obsesionado con el sexo. Gabriela tiene problemas alimentarios y Candela vive en una crisis existencial permanente. Por último, está Diego (el chico mayor de los olvidados) un joven desenfadado y atrevido que se las ingeniará de mil maneras para poder relacionarse con Alma. Como veréis, todos ellos conforman unos personajes muy atrayentes que nos invitan a indagar permanentemente en sus vidas y en sus motivaciones para ser como son.

CONCLUSIÓN

“No oigo a los niños jugar” nos cuenta una historia dura y con una realidad complicada, que pone de manifiesto cómo pueden afectar al ser humano los hechos traumáticos sufridos en la niñez, las adicciones, los miedos, las paranoias y la soledad, todo ello rodeado de un misterio que en más de una ocasión nos pondrá los pelos de punta.

En resumen, una historia inquietante entre la realidad del presente y el misterio del pasado, pero siempre con la confianza en un futuro mejor.

 

“Los que más daño te hacen son las personas a las que más quieres, porque ese dolor no tiene cura”

3 comentarios:

  1. Cuánto cuesta resistirse a estas novelas cuando además de que te gustan, ves reseñas por todas partes y bastante buenas en general.
    Es que no sé si podré leerla, pero la tengo en cuenta.


    Besos 💋💋💋

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  2. He leído reseñas más tibias así que mis expectativas con este libro no están muy altas. Me alegra ver que lo has disfrutado. En algún momento me animaré, porque la historia me llama, pero será mucho más adelante.
    Besotes!!!

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  3. ¡Hola! Formo parte de la iniciativa 'Seamos Seguidores'.
    Ya te sigo de vuelta. Tienes un excelente contenido. Mi blog es: https://blueshendrix.blogspot.com

    Un saludo fuerte!

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