jueves, 24 de mayo de 2018

EL ULTIMO REGALO DE PAULINA HOFFMANN - CARMEN ROMERO DORR



PRESENTACION DE “EL ULTIMO REGALO DE PAULINA HOFFMANN”
Carmen Romero Dorr
Editorial Planeta
Librería la Lumbre, Madrid

           Como estamos en plena Feria del libro de Madrid, y este fue uno de los encuentros más bonitos a los que hemos tenido el placer de asistir este año, os lo dejo la crónica del encuentro para dejaros con hambre de esta novela. Es muy, muy bonita, y os la recomiendo de todo corazón.

El pasado 30 de enero tuvo lugar en la Librería La lumbre, calle Granada 48, Madrid, la presentación de “El último regalo de Paulina Hoffmann”, de Carmen Romero Dorr, Editorial Planeta.
Esta novela levantaba mucha expectación dada la simbiosis que mantiene unida a la autora con el mundo de la literatura a través de su trabajo como editora.

Dado que prácticamente todos los asistentes ya la conocíamos anteriormente por esta faceta de editora, de manera muy rápida comenzaron las preguntas, en un ambiente muy agradable y distendido, junto a ella y a la jefa de prensa de Planeta Isa Santos, que siempre nos proporciona encuentros maravillosos con novelas que son un bombón.

Tras la primera pregunta de qué es lo que vivía de Carmen Romero en Alicia, una de las protagonistas de su obra, la autora nos explicó que fundamentalmente era  el hecho de que Alicia es una mujer de su época y de su generación que profesaba un gran amor por sus hijos, y que vivía de manera natural el mundo que le rodeaba, al igual que ella; aunque también nos dijo que había muchas cosas de ella en Paulina (la otra protagonista que da nombre a la novela), sintiendo  al analizar la situación y no sin cierto rubor,  que en realidad se encontraba en muchos lados a lo largo de su obra.

Para ponernos en situación, nos contó un poco el argumento de la novela: La abuela de Alicia (un referente para ella) fallece en Madrid, y al abrir el testamento ve que le ha dejado en herencia un apartamento en Berlín, cuya existencia nadie conocía. A partir de aquí la novela arranca en dos tiempos: desde la noche de los cristales rotos en el Berlín de 1938 hasta nuestros días, desentrañando un secreto guardado durante muchos años en la familia de estas dos grandes mujeres.

Así podremos entender cuál es la visión de una niña de seis años sobre la guerra y el nazismo, que la separan para siempre de su padre y sus hermanos y que la enfrentan a muchas de las injusticias de la vida a las que tiene que seguir haciendo frente a lo largo de su existencia.

Carmen nos contó que ambos personajes, Alicia y Paulina nacieron a la vez, quizás motivados por la pérdida de su propia abuela a la que estaba muy unida. Así nos dijo: “No escribí la novela con un esquema previo, creció sobre la marcha; ni siquiera tenía un final claro al principio, tan solo fue un borrador catártico, un esquema que brotaba desde el corazón con mucho dolor y llanto, como una manera especial de sobrellevar el duelo de la pérdida, compaginando además mi trabajo y mi familia con la escritura, lo que me ha supuesto un gran esfuerzo personal”.

Este borrador permaneció dos meses en reposo, guardado en un cajón, y al retomarlo fue cuando la historia comenzó a tener forma y contenido, a ser una novela.

Carmen estaba muy satisfecha de haber sido de las pocas escritoras que habían tratado el tema de las violaciones a las mujeres alemanas que sobrevivieron a la contienda por los soldados rusos que entraron a tomar Berlín. La mezcla entre culpabilidad por el dolor que los alemanes habían causado al mundo y la indefensión que sintieron estas mujeres, junto con su determinación a sobrevivir dignamente, era algo que quería dejar plasmado en la novela. Y ahí está, siendo uno de los pasajes más duros y reflexivos de la misma.

Todos los asistentes alabamos el acierto de la portada, considerando que era sugerente, anónima y muy bonita, de manera que cada lector pudiese imaginarse a las protagonistas sin condicionamientos previos.

Cuando le preguntamos que qué tal había resultado la experiencia de estar al otro lado de la edición nos contó que para ella había resultado muy enriquecedor y que había disfrutado enormemente, porque ambos puntos de vista (escritora y editora) habían formado en su mente un ángulo complementario. Publicar una novela y verte sentado en el lugar donde has visto a muchos escritores antes ha sido para ella muy interesante, y además, cuando llegó el momento de la edición, ver que el trabajo que has hecho durante muchos años también sirve de mucho te deja muy satisfecha.

Alguien apuntó que además creía que era una novela de “objetos”, donde estos tenían un valor muy especial en la narración, y la autora nos explicó que así era como había querido que fuese, que todo lo que apareciera en la novela fuese un símbolo, que nada fuese inútil, que todo tuviese un significado preciso.

En lo que puso mucho énfasis Carmen fue en explicarnos que la novela había tenido un fantástico trabajo de postproducción, que había redundado en sacar al mercado una novela corta, intensa, a veces dura y a veces muy sentimental, de la cual estaba muy orgullosa y con la que esperaba tener un largo recorrido.

Sin otros planes en mente, esperaba que le gustase a lector; y nosotros que la hemos leído sabemos así será, y le deseamos la mayor suerte del mundo en su nueva faceta como escritora.

La novela es preciosa. 

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