PRESENTACION DE “EL
ULTIMO REGALO DE PAULINA HOFFMANN”
Carmen Romero Dorr
Editorial Planeta
Librería la Lumbre,
Madrid
Como estamos en plena Feria del libro de Madrid, y este fue uno de los encuentros más bonitos a los que hemos tenido el placer de asistir este año, os lo dejo la crónica del encuentro para dejaros con hambre de esta novela. Es muy, muy bonita, y os la recomiendo de todo corazón.
El pasado 30
de enero tuvo lugar en la Librería La lumbre, calle Granada 48, Madrid, la
presentación de “El último regalo de Paulina Hoffmann”, de Carmen Romero Dorr,
Editorial Planeta.
Esta novela
levantaba mucha expectación dada la simbiosis que mantiene unida a la autora
con el mundo de la literatura a través de su trabajo como editora.
Dado que
prácticamente todos los asistentes ya la conocíamos anteriormente por esta
faceta de editora, de manera muy rápida comenzaron las preguntas, en un
ambiente muy agradable y distendido, junto a ella y a la jefa de prensa de
Planeta Isa Santos, que siempre nos proporciona encuentros maravillosos con
novelas que son un bombón.
Tras la
primera pregunta de qué es lo que vivía de Carmen Romero en Alicia, una de las
protagonistas de su obra, la autora nos explicó que fundamentalmente era el hecho de que Alicia es una mujer de su
época y de su generación que profesaba un gran amor por sus hijos, y que vivía
de manera natural el mundo que le rodeaba, al igual que ella; aunque también nos
dijo que había muchas cosas de ella en Paulina (la otra protagonista que da
nombre a la novela), sintiendo al
analizar la situación y no sin cierto rubor, que en realidad se encontraba en muchos lados
a lo largo de su obra.
Para ponernos
en situación, nos contó un poco el argumento de la novela: La abuela de Alicia
(un referente para ella) fallece en Madrid, y al abrir el testamento ve que le
ha dejado en herencia un apartamento en Berlín, cuya existencia nadie conocía.
A partir de aquí la novela arranca en dos tiempos: desde la noche de los
cristales rotos en el Berlín de 1938 hasta nuestros días, desentrañando un
secreto guardado durante muchos años en la familia de estas dos grandes
mujeres.
Así podremos
entender cuál es la visión de una niña de seis años sobre la guerra y el
nazismo, que la separan para siempre de su padre y sus hermanos y que la
enfrentan a muchas de las injusticias de la vida a las que tiene que seguir
haciendo frente a lo largo de su existencia.
Carmen nos
contó que ambos personajes, Alicia y Paulina nacieron a la vez, quizás
motivados por la pérdida de su propia abuela a la que estaba muy unida. Así nos
dijo: “No escribí la novela con un
esquema previo, creció sobre la marcha; ni siquiera tenía un final claro al
principio, tan solo fue un borrador catártico, un esquema que brotaba desde el
corazón con mucho dolor y llanto, como una manera especial de sobrellevar el
duelo de la pérdida, compaginando además mi trabajo y mi familia con la
escritura, lo que me ha supuesto un gran esfuerzo personal”.
Este borrador
permaneció dos meses en reposo, guardado en un cajón, y al retomarlo fue cuando
la historia comenzó a tener forma y contenido, a ser una novela.
Carmen estaba
muy satisfecha de haber sido de las pocas escritoras que habían tratado el tema
de las violaciones a las mujeres alemanas que sobrevivieron a la contienda por
los soldados rusos que entraron a tomar Berlín. La mezcla entre culpabilidad
por el dolor que los alemanes habían causado al mundo y la indefensión que
sintieron estas mujeres, junto con su determinación a sobrevivir dignamente,
era algo que quería dejar plasmado en la novela. Y ahí está, siendo uno de los
pasajes más duros y reflexivos de la misma.
Todos los
asistentes alabamos el acierto de la portada, considerando que era sugerente,
anónima y muy bonita, de manera que cada lector pudiese imaginarse a las
protagonistas sin condicionamientos previos.
Cuando le
preguntamos que qué tal había resultado la experiencia de estar al otro lado de
la edición nos contó que para ella había resultado muy enriquecedor y que había
disfrutado enormemente, porque ambos puntos de vista (escritora y editora)
habían formado en su mente un ángulo complementario. Publicar una novela y
verte sentado en el lugar donde has visto a muchos escritores antes ha sido
para ella muy interesante, y además, cuando llegó el momento de la edición, ver que el trabajo que has hecho durante
muchos años también sirve de mucho te deja muy satisfecha.
Alguien apuntó
que además creía que era una novela de “objetos”, donde estos tenían un valor
muy especial en la narración, y la autora nos explicó que así era como había
querido que fuese, que todo lo que apareciera en la novela fuese un símbolo,
que nada fuese inútil, que todo tuviese un significado preciso.
En lo que puso
mucho énfasis Carmen fue en explicarnos que la novela había tenido un fantástico
trabajo de postproducción, que había redundado en sacar al mercado una novela
corta, intensa, a veces dura y a veces muy sentimental, de la cual estaba muy
orgullosa y con la que esperaba tener un largo recorrido.
Sin otros
planes en mente, esperaba que le gustase a lector; y nosotros que la hemos
leído sabemos así será, y le deseamos la mayor suerte del mundo en su nueva
faceta como escritora.
La novela es preciosa.
La novela es preciosa.
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