ENCUENTRO CON MARIA
ORUÑA
DONDE FUIMOS
INVENCIBLES
EDITORIAL DESTINO
HOTEL DE LAS LETRAS
16/04/18
El pasado día 16 de abril tuvimos el enorme placer de
asistir a la presentación para blogueros de la última novela de María Oruña: Donde
fuimos invencibles. Es la tercera entrega de la saga de Los Libros del Puerto Escondido.
Desde aquí queremos agradecer al grupo Yincaneras su
invitación, gracias a la cual pudimos asistir, así como a la Editorial Destino
y a su editora Alba Fité por organizar estos eventos y contar con nosotras.
En un ambiente distendido donde prácticamente todos éramos
conocidos, la editora nos comentó que María Oruña era un modelo de escritora
muy especial, ya que es de esos escritores que tienen un número enorme de
lectores (100.000 aproximadamente), lo que en este país resulta impresionante. Hubo
apuntes por parte de los asistentes en los que se corroboró este hecho, ya que
la cola de espera para poder leer alguna de sus obras en las bibliotecas
públicas llega ser de varios meses.
Maria continuó explicando un poco que era lo que había
querido reflejar en esta novela. Pretende que sea una novela de fantasmas con
un toque de siglo XXI. Aunque la verdadera esencia del libro se encuentra en el
título, Donde fuimos invencibles, pues
quiere hacer una reflexión sobre ese momento de la juventud en el que nos
sentimos imparables, irreflexivos, en donde vamos para adelante con todo lo que
nos echen, donde tenemos la intención de comernos el mundo, aunque cuando pasen
los años nos demos cuenta de que es el mundo el que nos ha merendado a nosotros.
Piensa que sería bonito recuperar la idea de ese momento de energía plena, de
apresarlo para cuando estamos de vuelta de todo y entonces podamos coger esa
energía para seguir caminando. Y para entender todo esto es imprescindible leer
la novela que hay dentro de la novela: El ladrón de Olas.
Y luego por supuesto está ese juego maravilloso que se
plantea en el Palacio del Amo, donde deseaba preguntar al lector ¿Y tú qué
harías?
Para poner el título reconoce que tuvo ayuda de su editora.
Inicialmente se iba a titular de otra manera, pero en este caso, el lugar
geográfico donde se sienten invencibles los protagonistas era tan importante,
que el título no podía ser otro
Y.….. ¿Qué sucede al morir, existen los fantasmas, nos
queda una energía residual? ¿Cuánto de nosotros permanece? Esto le interesa
mucho como investigadora. Todo el trabajo de investigación y documentación es
una de las etapas en la construcción de una novela de la que disfruta especialmente,
y en esta novela que tiene tantos matices confiesa que se lo ha pasado genial.
Le interesa mucho hablar de la muerte sin caer en
intimismos exagerados. No quería caer en la sensiblería pero sí ahondar en la
muerte desde distintos puntos de vista: desde el emocional, cuando Carlos Green
se acuerda de su abuela, desde el científico con el profesor Machín y sus
conferencias sobre los fenómenos paranormales, y desde el espiritual con
Christian y sus compañeros espiritistas.
El enfoque de este libro es muy cientifista, pero deja
abiertas otras puertas porque María Oruña cree que no tenemos aún todas las
claves de la ciencia para poder explicar todo lo que sucede. De hecho, nos
contó que la documentación sobre el tema médico le llevó bastante tiempo y
recursos, ya que le gusta leer informes forenses que incluso adquiere por
internet.
La autora conoce el palacio del Amo, lugar donde se
desarrolla la mayor parte de la novela, desde pequeña. Existen un par de
torreones que siempre le llamaron la atención y cuando estaba escribiendo Puerto
Escondido (su primera novela) descubrió al patriarca de la propiedad, Gregorio
del Amo. A través de él llegó a Jaime, su hijo, un personaje que aún siendo
tremendamente rico y pudiendo haber vivido con toda clase de dispendios, optó
por vivir con un lujo discreto, ayudando con su fortuna a los demás. Empleó
mucho dinero en dotar de becas a estudiantes sin recursos a nivel local y
nacional, construyó casas para los pescadores de Suances e incluso realizó
importantes donaciones a la Cruz Roja de Madrid. Su esposa Jane Randolph aportó
en su vida y en la novela ese punto de lujo, glamour y misterio que da pie a la
historia del fantasma.
Se comentaron entre todos los asistentes las referencias y
los guiños a novelas que todos hemos leído y que aparecen nombradas en el texto.
Obras de Agatha Christie, Charles Berlitz o Daphne du Maurier.
El profesor Machín es el personaje que más le ha costado
perfilar. Escribió su parte en primer lugar, y para darle forma se ha
documentado de una manera muy sólida. A
cerca de esto la autora hizo una especial mención a las bibliotecarias de Vigo,
a las que estaba muy agradecida y a las que traía “locas”.
Valentina aparece en la novela en un momento espléndido
tanto profesional como personalmente. Es el personaje al que más ha hecho
avanzar, deshaciéndose del lastre que lleva, humanizándola un poquito más y volviéndola
un poco más alegre. María nos explicó por qué Valentina pertenece a una unidad de la Guardia Civil, que no es otro motivo que el hecho de que este cuerpo
específicamente es el que se encarga de resolver los delitos que se comenten en
los pueblos. Para ello también nos contó que guarda una estrecha relación con varios
guardias civiles, y que éstos siempre la han ayudado mucho en la documentación
de todas sus novelas.
El hecho de situar la acción de la novela temporalmente en
verano no es casual. María pretende con ello que el calor del verano sea un
contraste sólido con lo gris y con el frío del entorno del Palacio del Amo.
Sus pretensiones en relación con los lectores en esta
novela es que el quien la leyese estuviese todo el rato deseando volver al
palacio y que se posicionase al lado de Valentina, de manera que cuando ella comprendiese
quién había sido el asesino, quienes estuviésemos al otro lado de las páginas
tuviésemos también la clave para llegar a la misma conclusión.
Con respecto a su forma de escribir, nos desveló que en
primer lugar se plantea un esquema de intenciones, y aunque la creación esté aún
pendiente, ya sabe más o menos lo que va a suceder. En esta ocasión, aunque
sabía perfectamente como tenía que acabar, no escribió el final hasta que el
grueso de la novela no estuvo prácticamente terminado. Cada escena le requiere
meterse en el ambiente, lo que le lleva un rato de preparación antes de ponerse
a escribir. Va componiendo la novela por bloques que “cose” a medida que va
avanzando y cuando ya lo tiene prácticamente todo ”hilvanado” escribe el final.
Luego deja enfriar un tiempo el manuscrito y lo vuelve a leer desde el
principio pasado un tiempo. Es entonces cuando somete la novela a su propio
juicio, buscando que la enganche; también busca que el texto tenga una
musicalidad precisa y además tiene que emocionarla. Más o menos este proceso
dura un año, y confesó que no tiene lectores “cero”.
Todos los asistentes coincidimos en que María Oruña había
dejado una impronta de magia en esta novela, ya que cuenta con un final
fantástico, y que nos había gustado muchísimo.
Por todo ello, es una novela que os recomendamos con
especial énfasis, os va a encantar.