EL PASEO DE LOS CANADIENSES - AMELIA NOGUERA

EL PASEO DE LOS CANADIENSES

AMELIA NOGUERA

EDITORIAL BERENICE

ALMUZARA LIBROS

LA AUTORA

Amelia Noguera, madrileña, es graduada en Humanidades, ingeniera informática, posgrado en Didáctica de la Historia y las Ciencias Sociales e Innovación educativa, y cursa en la actualidad el Doctorado en Literatura e Historia. Además de novelista, es traductora, investigadora y profesora. Ha publicado “La marca de la luna” (Roca Editorial, 2014), “La pintora de estrellas” (Suma de letras, 2015), “Prométeme que serás delfín” (Suma de letras, 2016) y “Escrita en tu nombre” (Berenice, 2017). "El Paseo de los Canadienses" es su primera incursión en la novela histórica. Con referencias literarias muy dispares, sus obras rezuman intimismo y emoción al tiempo que expresan una inquietud social muy marcada. Varias de sus novelas han sido traducidas ya a otros idiomas con enorme éxito.

SINOPSIS

Desde el exilio, Azucena, ya anciana, narra cómo ella y Martina, la nieta de la rica propietaria de una fábrica de naranjas, se convirtieron en amigas inseparables en la llamada “carretera de la muerte”. El general franquista Queipo de Llano se disponía a tomar Málaga y, sin armas ni apoyo del gobierno, los milicianos republicanos desertaron. Miles de mujeres, niños y ancianos emprendieron entonces una huida desesperada hacia Almería por la carretera que bordeaba el mar: el hoy conocido como el Paseo de los Canadienses.

Junto al emotivo y hermoso relato de amistad, un nutrido elenco de personajes, reales en su mayoría, completan el riquísimo entramado histórico cuyos diferentes puntos de vista brindan al lector el caleidoscopio veraz y desgarrador de quienes vivieron aquella masacre. Esta memorable novela de Amelia Noguera nos sumerge en un episodio lastimosamente olvidado de nuestra Guerra Civil y presta voz a sus víctimas, unas y otras.

"Amelia Noguera, dueña de una voz auténtica y genuina, es una novelista nata, de enorme imaginación y con muchas cosas que decir. Dibuja la trágica época histórica con una fluidez narrativa que encanta, seduce y conmueve a la vez". Alejandro López Andrada.

OPINIÓN

“El paseo de los canadienses” es la nueva novela de Amelia Noguera, y en esta ocasión además de encontrarnos de nuevo con su maravillosa prosa, rica en personajes cargados de intensas historias y de unos sentimientos que calarán hondo en nuestra conciencia,  la escritora evoca un hecho real y cruel ocurrido durante la Guerra Civil española y que no es muy conocido. En esta ocasión tendremos en nuestras manos un relato completamente histórico, novelado como sólo sabe hacerlo Amelia Noguera.

LOS HECHOS

El 8 de febrero 1937, en plena Guerra Civil,  se produce el éxodo de los malagueños hacia Almería, a través de lo que después se denominó “la carretera de la muerte”, porque en ella murieron miles de civiles que fueron bombardeados por aire y por mar por el ejército nacional al mando de Queipo de Llano, que dirigió la operación y fue el responsable de masacrar a los cientos de personas (principalmente mujeres, ancianos y niños) que huían del horror de la guerra.

Entre ellos iban Azucena (el personaje que nos cuenta la historia cuando ya es muy mayor, recordando su vida y los momentos de horror que la marcaron para siempre) con Isabel, su madre, que en esos momentos se encontraba embarazada, y también Fernanda con su hija Martina, compañera del colegio de Azucena. Una se ha criado siendo una niña rica y la otra pertenece a una familia pobre, pero entre ellas se establece una fuerte unión al pasar juntas por tan duros momentos, y así seremos testigos de una amistad que irá creciendo hasta hacerlas inseparables. Con el paso de los años comprenderán que el destino disponía de todas las circunstancias para empujarlas a ello, pues ambas son las dos caras de un mismo secreto que descubrirán con el tiempo y que les convertirá en dos almas completamente inseparables.

La historia comienza cuando Isabel, embarazada de su segundo hijo, debe huir del pueblo en donde viven junto a su suegra, Ángela, una mujer de fuerte carácter y determinación, donde tienen una harinera que les ha convertido en una familia de las más favorecidas del lugar (dados los tiempos que corren). El motivo de su huida tiene que ver con un hecho terrible que vivirá Isabel, en el que se jugará la vida en defensa propia, y que la autora nos cuenta en las primeras páginas de la novela.

Debido a este suceso y alentada por su suegra, deciden marcharse a Almería a casa de un familiar hasta que las aguas vuelvan a su cauce y en el pueblo se olvide lo acontecido en la harinera, sin sospechar ni por un momento lo que les esperará en ese trayecto, los horrores que tendrán que vivir, y las pruebas por las que tendrán que pasar. Por otro lado, Fernanda, por su condición como republicana también tiene que marcharse de Málaga, dejando su lugar natal y es entonces cuando en un punto del camino y gracias a sus hijas se encontrarán y caminarán juntas compartiendo destino, lucha y vida, intentando sobrevivir y ayudando en su éxodo (si no a todos los que hubiesen querido) a todas aquellas personas que a las que pudieron atender.

En mitad de los bombardeos y el horror, ambas niñas se extravían, y en la búsqueda es cuando Martina y Azucena, forjarán esos lazos indestructibles que les mantendrán unidas toda la vida, conectadas además por un secreto que descubriremos al final de la novela.

Sus madres (Isabel y Fernanda) también quedarán unidas para siempre después de lo sucedido en la “carretera de la muerte” y cuando todo termine, a pesar de las duras pruebas por las que Fernanda por su condición de republicana deberá pasar aún, nacerá entre ellas un sentimiento de solidaridad y agradecimiento que conservarán hasta el final de sus días, pues la necesidad y el horror, el hambre y el cansancio sufrido, y aquello que une a sus dos hijas, será un motivo más que suficiente para que esos lazos invisibles no se rompan jamás.

LA NOVELA

La novela está estructurada en capítulos cortos, donde Azucena cuenta la historia en primera persona. Se hallan intercalados otros capítulos en los que la autora pone la voz, también en primera persona, a otra serie de personajes que cuentan el horror vivido desde su propio punto de vista. Así, dedica un capítulo a  Arthur Koastler, corresponsal de guerra en España y que fue encarcelado por Quiepo de Llano; Doménico Scarlapinni, piloto de la ALI italiana cuya acción justifica con aquello de que “él se limitaba a cumplir órdenes”; Bernardo Triano, un miliciano republicano que habla del horror de matar a tus hermanos; Hazen Seize, arquitecto canadiense que sólo tiene grandes palabras de agradecimiento para el médico Bethune, persona que ayudó a transportar a los heridos a Almería para que fueran atendidos en el hospital; Ezequiel Gómez, falangista del buque de guerra Canarias; el anarquista republicano Andrés Garrido y que no se avergüenza al declarar que desertó, cómo muchos otros; Matilde, enfermera del Socorro Rojo Internacional que fue la encargada de atender a muchas “Isabeles” durante su estancia en el hospital; Mateo Ortega, militar de la Republica; Inés, presa de la cárcel de mujeres de Málaga etc… Aportando todos ellos unos testimonios tan reveladores como humanos dentro del desastre que sucedió en aquellos días.

Aparte de las niñas protagonistas, me gustaría destacar entre los muchos personajes que en ella hay a Fernanda, una mujer hermosa, fuerte, luchadora, sufridora que no se detiene ante nada, una heroína que logra salir adelante en mitad del horror vivido. Otro personaje destacable es Ángela, la abuela de Azucena, una mujer de derechas, rica, llena de contrastes, una mujer fuerte que protegerá lo suyo y a los suyos hasta el final, y que utilizará todos sus privilegios en favor de su familia.

Como veréis es una novela coral por la gran cantidad de personajes que en ella aparecen y por el papel y la importancia que cada uno de ellos tiene en la historia. Al estar narrada en primera persona, tanto la parte contada por Azucena como la que cuentan el resto de los protagonistas, tendremos una sensación de inmediatez, de presencia real en la historia contada, y por supuesto lo que nos ha encantado es encontrarnos de nuevo con esa prosa tan cuidada en detalles y descripciones a la que la autora nos tiene acostumbrados,  que hace que cuando leamos sus obras nos encontremos en mitad de los hechos como si estuviésemos allí mismo.

CONCLUSIÓN

“El paseo de los canadienses” es una obra novela que impacta, con la que se sufre, con la que se siente y en la que quedaremos atrapados desde las primeras páginas debido a su dinamismo y al acontecimiento histórico narrado con el que la autora ha querido convertirnos en espectadores de excepción. Es también un emotivo relato de amistad entre dos niñas, hoy ancianas, y de la dureza de la  vida a través de una preciosa historia que nos sirve en bandeja a través de unos personajes inigualables, siempre intensos, siempre llenos de emoción,  y que en su conjunto completan el entramado histórico de esta gran novela.

“Es mi memoria, no quiere olvidar; aunque lo contrario del olvido no es el recuerdo,

sino la verdad, decía Gelman, el poeta del dolor, y puede que también Aristóteles,

el filósofo de la vida”

PRESENTACIÓN EN "COMPÁS"

El pasado 29 de noviembre, recién publicada la novela, Amelia Noguera vino a presentarla a esta su casa, la Librería y Papelería Compás, donde estuvo acompañada por Carmen Alberca, amiga y bibliotecaria que ya ha presentado alguna de sus anteriores novelas.

Amelia nos contó cómo se enteró de que este hecho histórico existía, y alentada por lo poco que se conocía más allá de las provincias de Málaga y Almería, tras documentarse ampliamente hablando incluso con alguno de los protagonistas supervivientes,  llegó a conocer de primera mano todo el horror que miles de andaluces vivieron allí y así decidió contarlo en una novela, para dar a conocer el horror que se vivió en esa carretera, escribiendo una novela a la que considera cien por cien histórica.

Hablamos de los hechos que en ella se cuentan, así como de los personajes que cobran vida en ellos, y no quiso que se hablase mucho de la trama para dejar un espacio abierto al lector, a su imaginación y su inquietud por leerla.

También nos contó que el título había cambiado desde el manuscrito, ya que en un principio se llamó “El imperio de las sombras”, porque eso era lo que quería reflejar, la sombra oscura y terrorífica bajo la que se ampararon hechos como los descritos en esta novela, y que luego fueron arrastrados a un olvido cómplice durante muchos años. 

Todos comentamos entonces el horror de la guerra. Algunos asistentes llegaron a contar cosas que habían oído a sus abuelos o padres sobre la contienda y los duros años que siguieron a la contienda, sobre el sufrimiento de la sociedad civil y sobre todo de los niños que tuvieron que salir adelante en medio de ese ambiente de opresión y de carencias. Seguramente que hay muchas más historias que todavía no se han llegado a conocer igual de duras que los que cuenta Amelia en su novela, por eso quizás es un periodo muy escogido por los escritores para poner sobre el tapete muchas de sus inquietudes. Desde aquí lo que deseamos es que todas sirvan de ejemplo para que nunca más vuelvan a repetirse, ni aquí, ni en ningún otro lugar.

Finalmente,la autora firmó ejemplares de su novela y tomamos un aperitivo charlando unos con otros, en un ambiente estupendo, como ya es habitual en este tipo de encuentros en nuestra casa.

Solamente deciros, que “El paseo de los canadienses” es una novela imprescindible. De verdad.