LA SILUETA DEL OLVIDO
JOAQUÍN CAMPS
PREMIO AZORÍN DE NOVELA 2019
EDITORIAL PLANETA
EL AUTOR
Joaquín Camps es catedrático de la Universidad de Valencia, ciudad en la que reside. Su campo principal de investigación es el comportamiento humano en las organizaciones, y ha publicado numerosos trabajos científicos en esta área. Es autor de "La última confidencia del escritor Hugo Mendoza" (Planeta, 2015). Con "La silueta del olvido" ha sido ganador del Premio Azorín de Novela 2019.
SINOPSIS
SINOPSIS
El dolor siempre deja huella.
La inspectora Claudia Carreras quiere ser una buena policía, y una buena persona. Por ese orden. Pero ambos objetivos le resultan inalcanzables por culpa de la desolación que siente tras el asesinato en Madrid de su compañero y amante, Tomás.
Para olvidarlo se traslada a Valencia, donde debe investigar el extraño secuestro de Lara Valls, la hija de una adinerada familia. Pronto descubre que nada en este caso es lo que parece, y poco a poco empatiza con Lara: ambas son adictas a la literatura, al pasado y al sufrimiento. Tres drogas que pueden llegar a ser mortales.
Una trama intrigante, una prosa aparentemente ligera pero repleta de guiños y cargas de profundidad, junto con unos personajes que viven como si trepasen por una cascada, impedirán al lector dejar de pasar las páginas de La silueta del olvido.
OPINIÓN
Tras haber leído “Quiéreme siempre” de Nuria Gago, la anterior novela ganadora del Premio Azorín (una novela que nos emocionó mucho cuando la leímos y cuya reseña tenéis en el blog), teníamos mucha curiosidad por conocer la nueva ganadora de este año 2019 y a su autor, por lo que la hemos leído con mucho interés.
La historia comienza cuando un
día en la Urbanización de Campo Olivar, Lara Valls, hija de un destacado doctor
de la ciudad de Valencia, desaparece sin dejar rastro alguno. Lara es una
adolescente que lleva comportándose de forma extraña desde hace un tiempo,
aislándose de sus amigos y manteniendo una actitud que no es la habitual en
ella. Por ejemplo, se pasa las horas muertas encerrada en su biblioteca, un
lugar que sus padres construyeron para ella (gran amante de los libros), y de
donde últimamente apenas sale.
La encargada de llevar el caso del secuestro es
la Inspectora Claudia Carreras, que en un intento de dejar atrás un suceso trágico
que le cambió la vida (la muerte de su amante), ha solicitado su traslado a
Valencia para intentar recomponer su futuro.
Paralelamente a la desaparición
de Lara, conoceremos el reportaje que un joven periodista, Héctor Santos, está
escribiendo sobre Matías Granell, un prometedor profesor que debido a una negligencia
médica se ha quedado en estado vegetativo bajo los cuidados de su madre viuda.
Las historias se cruzan cuando un
día el secuestrador hace llegar a la policía un mensaje a través de Héctor, y
entonces nos preguntaremos ¿Cuál es la relación que existe entre el periodista
y la familia Valls? ¿De qué manera pueden estar interconectadas sus historias
personales? Y hasta aquí puedo contar, porque es a partir de este punto cuando
la novela se pone interesante y nos sitúa en el centro de la intriga que la define.
La novela tiene una trama dura y
adictiva, con unos giros argumentales muy sorprendentes, que dejará al lector
descolocado en más de una ocasión. No intuiremos qué es lo que va a pasar ni
cómo se va a resolver el misterio hasta que no lleguemos prácticamente al final
de la novela, y esto siempre es genial.
Por otra parte, en cuanto a la
manera en la que está escrita y a la forma de utilizar los recursos literarios,
os contaremos que toda la narración tiene un punto muy particular de humor,
especialmente los diálogos entre algunos de los personajes, que en alguna
ocasión logran sacarnos alguna carcajada (algo poco usual en novelas
policíacas), a pesar de la trágica historia que nos encontramos de fondo y que añade la intensidad emocional.
La trama está bien construida. El
autor es capaz de unir las dos historias (la del secuestro y la del artículo periodístico)
que aparentemente no tienen nada que ver y las encaja de manera muy ingeniosa como
si fueran piezas de un puzle perfecto.
El ritmo narrativo se mantiene constante,
impulsado en parte por el grado de intriga que genera la historia y en parte
por los giros argumentales que nos vamos encontrando, cerrando al final todas
las historias a la perfección para no dejar ningún aspecto en el aire.
Es una novela algo compleja en
cuanto a lo que estructura se refiere. La protagonista habla a veces consigo
misma y realiza flashbacks que nos sirven para conocer los antecedentes de la
historia y ponernos en situación.
Está compuesta por capítulos
cortos, donde al principio de cada uno de ellos, un narrador nos va
describiendo los escenarios como si fuera una voz en off que nos va guiando en la lectura y que, de una
forma diferente y original, nos va mostrando sin pudor los más íntimos
sentimientos y pensamientos de los personajes, esos pensamientos que antes de
hablar se nos pasan a todos por nuestra mente y que casi nunca salen de ahí,
intercalándolos entre las conversaciones o sucesos.
Los personajes están construidos
con todo detalle, todos con personalidades muy diferentes y casi todos muy
importantes. Destacaría entre ellos a Claudia
Carreras, la inspectora de policía. Es una mujer dolida y atormentada que
no se permite ser feliz y que pone tierra de por medio para olvidar lo que le ocurrió
en Madrid. Sufre una cojera desde los quince años (algo que me ha llamado
poderosamente la atención, ya que no sé muy bien si esto es compatible con
ejercer como policía) que a veces intenta ocultar y es tremendamente
controladora consigo misma.
Junto a ella se encuentra el
subinspector Ramón Linares, un
personaje un tanto esperpéntico, solitario, siempre con su gabardina (al estilo
Colombo) que aguanta el carácter de su jefa y las burlas de los demás
estoicamente. Conoce a la inspectora a la perfección, y tiene una afición muy
original: le gusta tricotar, y lo mismo te hace unos calcetines que un bikini.
Los acompaña Héctor, un periodista freelance que se encuentra en horas bajas y
que hace tiempo que perdió su ética profesional. Aunque a lo largo de la novela
parece que se va redimiendo.
Cristina Manuela, la madre de la niña, es una advenediza convertida
en pija de la noche a la mañana, una mujer que vive por y para las apariencias.
El doctor Antonio Valls, es hombre acostumbrado a poner las normas, y que en
esta ocasión debe dejar todo en manos de otros. Este personaje nos ha
sorprendido.
En cuanto a los integrantes de los policías que intervienen en el caso
destacaría a Cayetano Garci, el subinspector de homicidios facha,
machista y homófobo, que nos ha hecho revolvernos en el sillón en más de una
ocasión y a Bruno, un policía diferente.
"La silueta del olvido" es un thriller
policíaco, distinto en cuanto a las dosis de ironía y crítica social que nos muestra en sus páginas. Contiene las justas dosis de amor, acción y justicia,
bien mezcladas entre sí, y sus historias de
vida nos empujan a ver el lado más ruin y miserable del ser humano con un
final que nos transmite positividad.
Desde aquí damos las gracias a Editorial Planeta y a Isa
Santos por habernos dado la oportunidad de leer esta novela, que tanto nos ha gustado.
“Yo creo mis recuerdos. Y mis
recuerdos me crean a mí. Y así, con ese sutil sabotaje, nuestra mente nos ayuda
a morir en paz”
Me ha gustado mucho la novela, el final me dejó impresionada, pero en conjunto me quedo con el anterior del autor.
ResponderEliminarBesos
Sólo puedo opinar de esta novela, es la primera que leo de él
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A mi me pasa como a Inés, me gustó, pero me sigo quedando con la primera del autor.
ResponderEliminarBesos
Es la primera novela que leo, no puedo contrastarlas
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La anterior me gustó y quería leer esta, pero de momento le tocará esperar un buen rato 🙄🙄🙄
ResponderEliminarBesitos 💋💋💋
Sólo puedo opinar por esta novela, tendré que leerla para poder comparar
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Como ya comentamos el otro día a nosotras también nos ha gustado. Ha sido un placer volver a leer a Joaquín Camps. Besos.
ResponderEliminarNos mantenemos en lo dicho, me ha gustado mucho, tendremos que leer la anterior.
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Creo que disfrutaría también con esta lectura, así que anotada la tengo. A ver cuándo le hago hueco.
ResponderEliminarBesotes!!!
Te gustará, es una novela negra con un punto de ironía que la hace agradable de leer.
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Yo leí la anterior, y primera novela de Joaquín Camps, "La última confidencia del..." que recomiendo porque es un thriller impresionante. Y veo que continua con el mismo estilo, ese punto de ironía, la crítica social, los giros inesperados. Así que me apetece mucho volver a leer a este autor.
ResponderEliminarUn abrazo
La anterior no la he leído pero tendré que hacerlo para poder opinar en ese sentido.
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En conjunto me ha gustado la novela, pero quizás yo no he conectado tanto con el tono con el que está escrita. Me alegro de que la hayáis disfrutado.
ResponderEliminarUn beso
Es una novela diferente, por el tono de ironía con el que está escrito. Gracias por tus palabras
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No paráis, menudo ritmo. Esta novela ni me sonaba; bueno, creo que ni siquiera conocía al autor...
ResponderEliminarLa verdad es que hemos cogido ritmo, la novela pienso que te gustará por ese punto de ironia que tiene, esta bien escrita y es la primera novela que leemos de este autor.
ResponderEliminarBesazos