LA DANZA DE LOS TULIPANES - IBON MARTÍN

LA DANZA DE LOS TULIPANES

IBON MARTÍN

PLAZA & JANÉS

EL AUTOR

La carrera literaria de Ibon Martín (Donostia, 1976) no empezó en la novela sino en la literatura de viajes. Enamorado del paisaje y la geografía vasca, recorrió durante años todas las sendas de Euskadi y, poco después de terminar sus estudios de periodismo, puso en marcha un proyecto personal en el que recogió más de trescientas rutas que reunió en diversas guías. Sus itinerarios no se limitaban a contar la belleza natural de una hermosa tierra sino que en sus textos latía el deseo de devolver a la vida los vestigios históricos y mitológicos que sus pasos descubrían.

El nacimiento de su primera novela, El valle sin nombre, se produjo de manera natural como modo de mantener ese cordón umbilical con sus raíces. Tras ella llegó la serie de cuatro libros inspirados por el thriller nórdico «Los crímenes del faro», compuesta por las novelas El faro del silencio, La fábrica de las sombras, El último akelarre y La jaula de sal, que se convirtieron en un éxito rotundo.

El paisaje continúa siendo uno de los protagonistas indiscutibles en su último trabajo, La danza de los tulipanes, novela que supone la consagración definitiva de un autor que se revela como un narrador excepcional de thriller donde atmósfera, investigación policial y conflictos emocionales se entrelazan con precisión en un final perfecto.

SINOPSIS

La periodista más popular de Gernika es arrollada por el tren que cubre la línea de Urdaibai. La víctima ha sido fijada a la vía con un delicado tulipán entre sus manos. La flor, de un intenso y brillante rojo, es tan hermosa como difícil de encontrar en pleno otoño. La escena, cuidadosamente preparada, ha sido retransmitida en directo a través de Facebook.

La danza de los tulipanes nos sumerge en la ría de Urdaibai, un lugar mágico donde el mar y la tierra se abrazan al compás de las mareas que mecen las tranquilas vidas de sus habitantes, que se ven repentinamente sacudidas por la brutal irrupción de un asesino complejo e inteligente, capaz de rivalizar con los ritmos de la naturaleza que desde siempre han gobernado la comarca.

OPINIÓN

Lo primero que tengo que contaros de esta novela es la magnífico sabor de boca que me ha quedado después de leerla, tanto, que os puedo decir que desde mi punto de vista es una de las mejores novelas negras que han pasado por mis manos este año.

Quizás sea porque los escenarios sobre los que trabaja Ibon Martin están siempre localizados en el País Vasco, un lugar que me alucina y me emociona a partes iguales, quizás sea porque su trabajo con los personajes es excepcional, o quizás porque la trama es muy buena, no lo sé, pero lo que sí os puedo asegurar es que todas estas premisas, unidas en una prosa en la que se funden de una manera sublime paisajes e intimidades, han dado como resultado unas escenas tan evocadoras que se cuelan hasta el fondo del alma, de forma que leer "La danza de los tulipanes" ha supuesto un placer para todos los sentidos.

La historia que nos ocupa en este momento no tiene nada que ver con la serie que protagoniza la escritora Leire Altuna (4 novelas publicadas anteriormente), aunque alguno de los personajes que le han acompañado durante estos años aparece como una parte importante de la trama actual, e incluso la propia Leire nos sorprenderá con algún "cameo".

En esta ocasión conoceremos a la inspectora Ane Cestero, que será trasladada temporalmente a la comisaría de Gernika como responsable de la Unidad Especial de Homicidios de Impacto para intentar resolver el caso de un asesino en serie que ha aparecido en la zona sembrando el horror entre las mujeres de mediana edad de la comarca de Urdaibai.

Su “modus operandi” es cruel y macabro. Le gusta recrear los crímenes de forma escabrosa, con puestas en escena casi cinematográficas y a menudo estas son retransmitidas en directo por las redes sociales.

En principio no existe conexión alguna entre las víctimas, al menos aparentemente, por lo que todo el equipo se empleará a fondo en la búsqueda de algún cabo suelto, o de alguna conexión inexplicable entre las víctimas que les permita parar este horror, que de momento no tiene pintas de acabarse.

Con el equipo tan estupendo que forman Ane Cestero junto a Aitor Goenaga (pareja sentimental de Leire Altuna) y junto a Txema Martinez y Julia Lizardi (una pareja que el FBI separó), seguiremos el rastro por todo el norte de España de un asesino que atenta contra unas mujeres y donde lo único que logran descubrir y que es común a todas ellas, es el hecho de que todas tienen un año en blanco en sus vidas que justificaron diciendo que habían estado prestando ayuda a los enfermos que viajaban al Santuario de Lourdes, dirigidas por unas monjas de un convento cercano. Pero... ¡Con la Iglesia hemos topado! Porque este será el punto de inflexión en donde la investigación se volverá activa.

El resto deberéis descubrirlo vosotros y solamente os contaré que la escena final (apoteósica por cierto) tiene lugar en uno de los lugares más bellos del mundo, San Juan de Gaztelugatxe. No podía existir un escenario mejor ni más apropiado para otorgarnos un final de estas características.

LA NOVELA

La novela se compone de 79 capítulos y un epílogo, cuya acción se sitúa en la actualidad, salvo algunos de ellos que configuran un diario escrito en primera persona y que se corresponde con un relato sobre la vida del asesino desde su infancia, que nos lleva a comprender desde este lado de las páginas los motivos que le han convertido en un psicópata.

El ritmo es muy rápido y las escenas de acción se suceden en una trama de intriga sin fin, llena de giros inesperados, de la que no podremos despegarnos fácilmente.

La portada es una preciosidad, cuando pasamos la mano sobre ella, el diseño ha jugado con un efecto realizado con plastificado en brillo que se asemeja a la lluvia, presente en toda la novela.

El personaje de Julia me ha gustado muchísimo, por su amor por el mar, por esa melancólica soledad que le acompaña, por su extrema vulnerabilidad cuando acaba su jornada de trabajo y su gran determinación cuando empieza, por esa especie de catarsis diaria que siente cuando se une con el mar. A este tipo de sensaciones es a lo que me refería cuando hablaba de la magia que despliega Ibon en sus novelas.

Los temas tratados son muchos y muy actuales. Desde una critica feroz al excesivo celo periodístico que pone de manifiesto el poder el morbo en los medios de comunicación, pasando por la doble moral que regía nuestra sociedad hasta hace bien poco en cuestiones delicadas, el tráfico de estupefacientes en las rías y el marisqueo furtivo, hasta los malos tratos en el ámbito familiar.

A este respecto os contaré que nuestra protagonista tiene una situación difícil en casa de sus padres, que la lastra irremediablemente, en la que nunca ha intervenido directamente, pero que en esta ocasión decide tomar las riendas y nos enseña que nunca hay que ser testigo mudo de esta lacra social.

La novela también nos enseña lo dura que es a veces la impronta de la maternidad, lo inmenso que es el amor de una madre, la importancia del reflejo de ese amor en los hijos y lo terrible que puede llegar a ser su carencia para ambas partes.

He intentado que esta reseña viniese directa desde el corazón, porque a lo largo de la lectura he sentido que eran muchas las partes que me tocaban esa fibra sensible. En la novela he visto reflejadas muchas de mis inquietudes y algunos sucesos acaecidos en la vida de mi abuela que tienen mucho que ver con lo descrito en la novela. Por todo ello, tengo que recomendárosla y estoy segura de que cuando la leáis os va a encantar tanto como a mí.

En resumen “La danza de los tulipanes” me ha parecido una novela negra exquisita, con escenas de thriller apasionantes, una ambientación maravillosa y multitud de temas sociales tratados en sus páginas.

"Urdaibai vuelve a desplegarse ante sus ojos, aunque sea solo unos segundos, los que tardan en anegarse de tristeza otra vez".

"Estaban por encima del bien y del mal. Jugaron a ser Dios, y además ganaron dinero con ello".